a. Etimología del término diagnostico, b. El uso del concepto de diagnóstico en el campo de la medicina y su traspaso a las ciencias sociales y a las metodologías de intervención social, c. El uso del término "diagnóstico" en uno de los textos fundacionales del trabajo social
a. Etimología del término
El término
"diagnóstico" proviene del griego diagnoslikós, formado por el
prefijo día. "a través", y gnosis, "conocimiento",
"apto. para conocer. Se trata, pues, de un "conocer a través". De
un "conocer por medio de". Esta breve referencia a la estructura
verbal del término nos sirve como primera aproximación para precisar el
concepto que queremos dilucidar. Con este alcance y significado que surge de la
misma etimología del término. La palabra "diagnostico" es utilizada
en diferentes circunstancias, para hacer referencia a la caracterización de una
situación. Mediante el análisis de algunos síntomas. Como término técnico-profesional,
ha sido ampliamente empleado en la medicina., desde hace muchas décadas. Esto,
naturalmente, ha dado su impronta al uso que luego se le dio en otros campos,
particularmente en las ciencias sociales. Veremos ese "traspaso" del
término de la medicina a las ciencias sociales para constituir uno de los elementos
clave de los métodos de intervención social.
b. El uso del concepto de diagnóstico en el campo de la medicina y su
traspaso a las ciencias sociales y a las metodologías de intervención social
Otra forma de
aproximarnos al concepto de diagnóstico social consiste en analizar el
"traspaso" de este concepto desde la medicina a las ciencias sociales
y a las diferentes metodologías de intervención social (trabajo social,
educación de adultos. animación sociocultural, desarrollo de la comunidad, etc.).
Estas consideraciones nos parecen relevantes, en cuanto que el concepto de
diagnóstico social -mutaris mulandis- es similar en ciertos aspectos al de
diagnóstico clínico. Tal y como lo conciben y realizan los médicos.
Teniendo en
cuenta esta circunstancia, es interesante hacer referencia a lo que en medicina
se entiende por diagnóstico clínico y al procedimiento utilizado por los
médicos para su realización. En este campo de actuación profesional. la palabra
designa los procedimientos utilizados para averiguar el estado de salud de una
persona, o el carácter de su enfermedad. Mediante el examen de su sintomatología,
a fin de prescribir el tratamiento más adecuado.
Por lo que se
refiere a la forma de hacer un diagnóstico clínico, las líneas generales de la
actuación profesional del médico pueden resumirse en lo siguiente:
• El médico,
cuando va a atender a un paciente, lleva consigo:
-
todo su bagaje de conocimientos teóricos que comporta
su formación profesional; toda su experiencia personal (que incluye tanto lo profesional]
como el modo de relacionarse con la gente).
• Cuando está
con el paciente:
- Lo examina físicamente, haciendo especialmente una auscultación de aquellos sistemas orgánicos que más relación pudieran tener con lo que le está pasando;
- Le hace preguntas para informarse acerca de lo que siente;
- Recurre a su historia clínica (antecedentes).
• Detectada la
enfermedad (el problema), procede a:
-
determinar los factores que la han producido;
-
de algún modo.
establecer también qué le pasarla al paciente en el caso de que no realizase
ningún tratamiento a su mal.
• En algunos
casos. Encarga el análisis sobre cuestiones puntuales a otros especialistas
(bioquímico, radiólogo. etc.).
• Con estas
informaciones y teniendo en cuenta las observaciones realizadas de manera
directa. El médico procede a:
- evaluar la
situación del paciente;
- calificar la
enfermedad según los síntomas que advierte;
- considerar los
medios o formas de lograr la curación.
• Para esto último tiene en cuenta:
-Los recursos y
medios disponibles, incluyendo en ello desde el potencial genético de la
persona hasta su situación socioeconómica. Pasando por todo lo que implica su
medio ambiente, o la tecnología sanitaria disponible. Esta simple enumeración,
aun lejos de ser exhaustiva (en cuanto a explicación de cómo se hace un
diagnóstico c1inico). Nos revela unas líneas y aspectos sustantivos en el modo
de realizarlo. Cuando nos ocupemos específicamente del diagnóstico social,
importará recordar este modo procedimental.
Las cuestiones
que hemos planteado hasta aquí pueden considerarse como los aspectos metódicos
en lo que concierne a la realización de un diagnóstico médico. Sin embargo, hay
otros dos aspectos que nos parecen particularmente significativos para hacer un
buen diagnóstico, ya sea clínico o social.
• Si bien el médico (lo mismo que un
trabajador social, educador, animador, etc.), al hacer un diagnóstico, se apoya
en un conjunto variado y complejo de conocimientos científicos y de carácter
profesional (mayores o menores según sea su nivel de preparación), tiene
también una experiencia profesional acumulada, en la que habrá incorporado
elementos positivos (en el sentido de que ayudan a un quehacer profesional más
efi caz), pero habrá incorporado también otros que no ayudan mucho, y puede
asimismo haber adquirido hábitos que no ayudan a su quehacer específico.
• Al segundo aspecto
extrametodológico, lo consideramos más importante aún: hace referencia al
proceso de comunicación en el marco de la relación médico-enfermo. Se trata de
un proceso dialéctico/interactivo y retroalimentado entre dos personas, que va
mucho más allá del intercambio de información. Ahora bien, si esta interrelación
se da en un ambiente de respeto. De empatía y de calidez humana, no sólo se da
una mayor satisfacción al usuario y es en sí misma una forma de terapia, sino
que crea también las condiciones para que el paciente se manifieste más libre y
profundamente, lo que facilitará la tarea de realización del diagnóstico.
Mejorar las
habilidades y cualidades del médico (como de cualquier profesional de la acción
social) para relacionarse mejor con el paciente es también mejorar la capacidad
para hacer diagnósticos. Afirmamos esto porque, para hacer un buen diagnóstico,
no basta saber cuál es la información necesaria. Hay que saber también cómo conseguirla.
Una buena relación humana médico-paciente permite obtener más y mejor
información para elaborar el di agnóstico. Para que esto sea posible, tenemos
que:
• establecer
buenas relaciones;
• desatar un
proceso de retroalimentación en la interacción médico-paciente;
• tener
capacidad de escucha activa y empatía;
• excluir todo prejuicio respecto al paciente,
ya sea por su clase social, raza, religión, sexo, edad. etc.;
• estimular su
participación a fin de que esté predispuesto a identificar sus problemas y
encontrar vías de solución.
El uso y alcance del término, y la práctica
médica consiguiente, pueden ayudamos a comprender la naturaleza del diagnóstico
social, habida cuenta de que en las metodologías de intervención social y en
las ciencias sociales se utiliza con un alcance similar.
Sin embargo, y aunque el símil entre
diagnóstico clínico (paciente/ médico) y diagnóstico social (usuario/trabajador
social) se encuentra relativamente extendido y presenta muchas semejanzas por
tratarse de un diagnóstico personal individualizado, al trasladar la
comparación clínico-social al terreno grupal y comunitario, conviene aclarar
ciertos extremos que eviten equívocos que a veces son frecuentes, y que se
producen fundamentalmente desde el ámbito de la medicina comunitaria, cuyas
aportaciones han tenido y tienen influencia en los diversos campos de intervención
social. No sólo en el de la salud. "En primer Jugar. la medicina
comunitaria y la medicina clínica presentan un panorama muy distinto en )0 que
se refiere al diagnóstico de los problemas. Asi, en esta última existe un
procedimiento bien delimitado y adaptado a la taxonomía c1inica, que permite
identificar y clasificar los problemas de salud: la anamnesis y la exploración física
complementaria. En cambio, la medicina comunitaria debe recurrir a un conjunto
de métodos y técnicas diversos, cuyas condiciones presentan numerosos problemas
de operatividad y que, además. No se encuentran en correspondencia con ninguna
taxonomia de 'síndromes comunitarios' legitimada o al menos ampliamente
consensuada. Otra diferencia radica en el hecho de que, en la medicina, suele
aceptarse que el diagnóstico debe preceder siempre a la intervención, En el
caso de las diferentes formas y metodologías de intervención social. Esto no
siempre es así: muchas veces el diagnóstico se realiza a la vez que se
desarrollan ciertas actividades e intervenciones con la población.
c. El uso del término
"diagnóstico" en uno de los textos fundacionales del trabajo social
Quisiéramos
recordar que el primer libro en el que se hizo una sistematización de los
métodos de intervención social, publicado en 1917 y escrito por Mary Richmond. Se
tituló Social Diagnosis. Respecto a este libro, que es un hito fundamental en
la historia del trabajo social, quisiéramos hacer dos observaciones:
• El diagnóstico
social (en el que se incluye también el tratamiento) está concebido de acuerdo
con el modelo de actuación profesional de la medicina; ello no es de extrañar. Ya
que Mary Richmond realizó buena parte de su trabajo junto a un médico. En otras
palabras: lo primero que se planteó sobre el diagnóstico social se elaboró
sobre el modelo médico-clínico y tiene que ver con lo que hemos hablado sobre
el traspaso de este concepto del campo de la medicina al de las ciencias y
tecnologías sociales.
• Otro aspecto
que quisiéramos señalar es el proceso que propone Mary Richmond para realizar
un diagnóstico social. Aunque ella incluye en el libro todas las fases del
proceso de intervención social. Comienza con lo que ella llama la
"evidencia social" (los hechos que, tomados en su conjunto. indican la
naturaleza de las dificultades sociales de un determinado cliente y los
instrumentos para su solución). Sigue luego con las "inferencias",
que para Richmond son el "proceso racional por el cual pasamos de hechos
conocidos a hechos desconocidos". A partir de "evidencias e
inferencias", se inicia el proceso hacia el diagnóstico. Que explica a
través de los procedimientos que se utilizan y que comporta cuatro fases:
1. Entrevista
con el cliente.
2. Primeros
contactos con la familia inmediata del cliente.
3. Búsqueda de
otras fuentes y uso de la intuición.
4. Cuidadosa
ponderación de cada uno de los ítems estudiados y la interpretación de todos
los datos recopilados.
La importancia otorgada
al diagnóstico social por parte de Mary Rlchmod, unido a la vigencia de muchos
de sus planteamientos a pesar del tiempo transcurrido desde la aparición de su
obra, justifica que nos detengamos a examinar algunas de sus aportaciones. *
Ella describe el diagnóstico social como "el intento de efectuar con la
mayor precisión posible una definición de la situación y personalidad de un ser
humano con alguna carencia social; es decir, de su situación y personalidad en relación
con los demás seres humanos de los que dependa en alguna medida o que dependan
de él, y en relación también con las instituciones sociales de la comunidad"
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